Ana María Rodríguez Casado, la niña cuya curación se atribuye a un milagro de Madre María de la Purísima, recibió ayer su Primera Comunión entre los aplausos de los asistentes a la ceremonia de beatificación.
Ana María, sufrió una grave lesión a la edad de tres años y medio, en 2004 y tras encomendarse su madre a las Hermanas de la Cruz y en concreto a Madre María, experimentó una mejoría a la que los médicos «no daban crédito».
Miles de asistentes
La beatificación de Madre María de la Purísima en el estadio de La Cartuja de Sevilla con la asistencia de unas 45.000 personas, según el CEOP, engrandece a las humildes Hermanas de la Cruz, a la que pertenecía esta beata y cuya fundadora, Santa Ángela, ya fue beatificada y canonizada por Juan Pablo II.
Esta beatificación, la segunda de las Hermanas de la Cruz en su poco más de siglo de existencia, ha sido presidida hoy por la imagen de la Macarena, que ha salido por primera vez del casco histórico de Sevilla para cruzar el antiguo cauce del Guadalquivir y adentrarse en la isla de La Cartuja.
El traslado de La Macarena desde su basílica, de donde salió sobre las 03:00 horas, hasta el estadio de La Cartuja, adonde llegó a primera hora de la mañana, ha sido acompañado por unas 60.000 personas, según el CECOP, que han querido contemplar la hasta hoy inédita imagen de esta popularísima Virgen peregrinando por el modernista puente de la Barqueta o, al amanecer, por el parque del Alamillo.
Las Hermanas de la Cruz mantienen una estrecha vinculación con La Macarena, a cuya coronación asistieron como madrinas y cuyo paso se detiene cada Viernes Santo ante la casa madre de esta compañía cuando regresa a su basílica tras su estación de penitencia.
A esta beatificación han asistido los cardenales Amigo Vallejo, Rouco Varela y García Gasco; el prefecto de la Congregación de Santos, Ángelo Amato; el nuncio en España, Renzo Fratini; una treintena de prelados, entre ellos, el nuncio en Rumanía, Javier Lozano, o el obispo de la diócesis argentina de Añatuya, Adolfo Armando Uriona, y seiscientos sacerdotes. En la primera fila figuraban el presidente del PP-A, Javier Arenas, y la delegada de Fiestas Mayores de Sevilla, Rosa Mar Prieto, quien representaba al alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín.
El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, ha destacado que las Hermanas de la Cruz, "con su pobre y tosco sayal, son la admiración de Sevilla y de todas aquellas poblaciones de Andalucía, España, Italia y Argentina donde tienen sus casas porque viven el Evangelio químicamente puro, con toda su belleza y radicalidad".
La nueva beata
La nueva beata, María Isabel Salvat Romero, (Madrid, 1926), dejó a los 18 años su adinerada familia para ingresar en las Hermanas de la Cruz, de las que fue Madre General tres veces a partir de 1977 y hasta su fallecimiento, en 1998. El 5 de noviembre de 1982 fue uno de los días más destacados de su vida pues Juan Pablo II presidió en Sevilla la beatificación de sor Ángela de la Cruz, la fundadora de esta compañía de monjas humildes que hoy suma 53 casas repartidas por España, Italia y Argentina. La rápida beatificación de Madre María de la Purísima ha sido posible tras serle atribuida la milagrosa curación de la niña Ana María Rodríguez Casado, que nació sin la vena cava inferior y con una cardiopatía congénita en 2001 en La Palma del Condado (Huelva) y quien hoy ha recibido su primera comunión en el estadio de La Cartuja.
El traslado del paso de La Macarena del altar a la capilla provisional levantada al otro lado del estadio, entre vítores y aplausos, ha sido el punto final festivo a una beatificación que, según el cardenal Amato, hace que Sevilla, "la ciudad de la gracia", sea ahora "la ciudad de la gracia divina".
Pasión en Sevilla
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