Tras la larga jornada del día anterior, el Jesús de la Vereda se echó a la calle, intrepetando la Banda de la Vera-Cruz de Utrera la marcha ''Cristo del Amor'' y ''Silencio Blanco'' en la que las cuadrillas de costaleros demostraron un gran esfuerzo.
La imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno procesionó con la cruz de nácar y carey acompañado por Simón de Cirene en su habital paso exornado por lirios morados.
La Virgen de las Angustias iba exornada con freesias blancas.
La Virgen de las Angustias iba exornada con freesias blancas.
La cofradía fue muy seguida en su paso por la Parroquia de Santa María así como en la Corredera (lugar donde realiza las Tres Caídas) y Plaza del Altozano hasta la recogida.
La Vera-Cruz
La Capilla de San Francisco se llenó de gente para ver salir la Vera-Cruz cuando la imagen de Ntro. Padre Jesús Atado a la Columna apareció por la Plaza del Altozano, el cual, iba exornado con claveles rojos siendo acompañado por la Banda de CC. y TT. de la Vera-Cruz de Utrera.
Grandes momentos se pudieron vivir al presenciar el andar de dicho paso, especialmente por la Calle Preciosa donde interpretó ''La Pasión'' y Carrera Oficial, así como en la recogida.
El palio lucía ya las bambalinas laterales exteriores bordadas, procesionando las interiores lisas debido a las restauraciones que están siendo sometidas.
El paso de Ntra. Sra. de los Dolores iba exornado por freesias blancas. Una bella estampa se vió a su paso por la Calle Sevilla donde a los sones de ''Caridad del Guadalquivir'' los vecinos le realizaron una petalá.
Especial atención se mostró al nuevo paso del Santo Crucifijo de los Milagros ya que es la primera vez que procesiona bajo uno de éstos. El paso está iluminado por cuatro hachones.
Los nazarenos y las personas que lo presenciaban mantenían seriedad y rectitud ante el tránsito de la cofradía.
El muñidor precedía a la Cruz de Guía con sus campanas, con las que pregonaba la muerte de Cristo.
Es digno de mención el monte realizado con rocas simbolizando el Gólgota, donde a los pies de la Cruz, se encontraba una calavera, espinos, y unas tenazas.
Precediendo al paso, 18 ciriales iluminaban el camino, los cuales simbolizaban a las 18 personas que asistieron al entierro de Cristo.
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Fotografías de Rafael Cerezo
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