En la madrugada de la noche del 20 de Febrero unos ladrones entraron el Santuario de Consolación haciendo un butrón en la pared junto al altar en el que se encuentran los titulares de la Hermandad de los Muchachos de Consolación. Esta vez, el ladrón se llevó un rosario de plata y un broche de oro que pertenecía a la imagen de la Virgen de la Amargura. Además, el ladrón se llevó también el dinero de uno de los cepillos del Santuario.
Cuando el ladrón o ladrones (todavía se desconoce el número de autores) se disponía a entrar en la sacristía sonó la alarma, por lo que se asustaron y huyeron.
Nadie se acercó al Santuario ya que como otras veces, había sido un pájaro el que había hecho sonar la alarma.
Pero no ha sido la única vez en la que se ha producido un suceso como éste. Años atrás, las consecuencias fueron mayores ya que desapareció el Niño que sostiene en sus manos la Virgen de Consolación. Meses después del suceso, apareció con una cartulina en la que rezaba ''arrepentidos los quiere Dios''.
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